sábado, 4 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
martes, 28 de septiembre de 2010
Presentación
Hemos querido dedicar este blog al tema de la pobreza por diversas razones, entre ellas, porque somos parte de esta sociedad y vivimos a diario situaciones que podrías pensar son asuntos del gobierno, de los adultos, de aqullos que trabajan y ganan un sueldo con su trabajo. A diario vemos y vivimos este mal social llamado POBREZA, México esta muy enfermo de ella, solo unos cuantos estan salvados, otros más luchan a diario por salir de ella y la gran mayoría se conforma con vivir un día más.
Si es una realidad social masiva, merece que se le dedique este espacio, para informar crear conciencia en los lectores: No se trata de darle un moneda al limosnero, ni de regalarle un pan al hambriento; se trata más bien de abrir los ojos y actuar, hacer frente a la situación, unirnos todos los que la padecemos y juntos trabajar por el mismo ideal, no es posible que el ser humano siendo tan inteligente, tan capaz de crear cosas buenas, se permita ver a sus semejantes denigrados sufriendo carencias que por derecho universal, no debería padecer.
Integrantes:
*Flores Lozano Stefano Uriel
*Moreno Hernández Sheila Natalia
*Arellano Rosas Diana
*Cabrera Aragón Delmi Guadalupe
*Mendieta García Leilani Ixchel
*Escobar González Aldo
*Hernández Cruz Adrián
Definición y métodos para medir la pobreza
Tradicionalmente se ha definido la pobreza como privación material, medida mediante el ingreso o el consumo del individuo o la familia. En este caso se habla de pobreza extrema o pobreza absoluta como la falta de ingreso necesario para satisfacer las necesidades de alimentación básicas.
Existe la definición de pobreza general o relativa, que es la falta de ingreso necesario para satisfacer tanto las necesidades alimentarias básicas como las necesidades no alimentarias básicas, tales como vestido, energía y vivienda
Lo que requieren los seres humanos para satisfacer sus necesidades básicas varía en el tiempo y entre las sociedades. Por ello cada país elabora sus propias líneas de pobreza de acuerdo con su nivel de desarrollo, normas sociales y valores.
Se han propuesto muchos Métodos para medir el nivel de Pobreza, pero los mas conocidos son tres:
- Método de Necesidades Básicas Insatisfechas: Método directo en función de la satisfacción de necesidades básicas que se definen como indispensables para un hogar o familia, en educación, salud, condición de vivienda, empleo adecuado, servicios, etc.; estableciendo los niveles mínimos de satisfacción e identificando los hogares y población cuyo consumo efectivo se encuentra por debajo de los mínimos de satisfacción previamente definidos.
- Método de la Línea de Pobreza: Mientras el NBI se basa en un conjunto de indicadores que representan el conjunto de necesidades, el de línea de pobreza se sustenta en un solo indicador de resumen, El Ingreso. Medida indirecta de la Pobreza que calcula el ingreso necesario para cubrir el costo de la Canasta básica de consumo que esta conformada por una Canasta alimentaria y una Canasta de bienes y servicios no alimentarios. La Canasta alimentaría definida por el conjunto de alimentos que cubren las necesidades nutricionales mínimas de la población, influida por los hábitos de consumo, la disponibilidad de los alimentos y los precios relativos a estos.
- Método Integrado: Identifica la naturaleza de la Pobreza como Estructural y Coyuntural, es decir bajo el enfoque de que las personas cuya vivienda es inadecuada no podrá cambiar su situación en el Corto Plazo y el caso de un hogar con Ingresos suficientes por hoy en el corto plazo esta sujeto a las variaciones del mercado.
¿Qué es ser pobre?
Ser pobre es un término poco preciso, con importantes variaciones históricas en cuanto a los niveles de acceso al consumo, la salubridad, la educación y el ocio que definen lo que es la pobreza. Ser pobre tiene un significado determinado por la sociedad en que se vive y su experiencia histórica. No es lo mismo ser pobre en una sociedad rica, que serlo en un país periférico ; también es distinto ser un pobre productivo y autosuficiente, por ejemplo un campesino del tercer mundo, a ser un pobre enteramente dependiente, parasitario, como tienden a serlo los pobres urbanos de los países industrializados.
Lado a lado con la pobreza económica, existe, en paralelo, una pobreza política. Generalmente los pobres no participan en los procesos de toma de decisiones, tienen dificultades para expresar sus intereses y ser oídos, tienen poca fuerza de negociación. Esta debilidad se acrecienta día con día en tanto que los pobres parecen cada vez menos necesarios.
Los pobres/ trabajadores de antes eran necesarios; los nuevos pobres/ inactivos/ dependientes tienen crecientemente como la única carta restante su capacidad de estorbar. Dentro de su indefinición la pobreza varía en connotaciones; sus significados implícitos y emocionales son también variados y de la mayor importancia. En los últimos años se ha dado un intenso combate ideológico que, una vez más, los pobres parecen haber perdido. Los pobres han perdido su derecho y su posibilidad de ser pobres y lo que antes podía ser una pobreza digna ha sido confundida con la miseria.Se trata de una pérdida ideológica, pretendo decir aquí, de la mayor importancia, pues le cierra a la humanidad entera la única salida posible, la de la dignificación de la pobreza y nos arroja en un camino sin salida; la aspiración fantasiosa a la universalización de niveles de vida basados en el derroche energético y la destrucción del medio. El cambio de significado de la pobreza es evidente. En los años cuarenta era posible que los actores populares españoles presumieran, en sus películas, de pobres. Eran pobres "pero honrados"; eran pobres trabajadores, autosuficientes, dignos.
Las películas podían pregonar que el dinero no daba la felicidad y que se podía ser feliz y pobre al mismo tiempo.Era, evidentemente, un cine orientado a las masas. Amplios grupos de población disfrutaban del amplio reparto de tierras y de los avances de la organización sindical e institucional de los años treinta. Con empleo y un ingreso modesto; con agua entubada y electricidad; con salud y acceso de los hijos al sistema escolar, todo parecía haberse conseguido.Tratar de obtener más, mucho más, implicaba, en la moral popular, la pérdida de los valores, de la honestidad, en aras de conseguir lo superfluo, lo que no garantizaba la felicidad; esta última necesariamente más vinculada a la firmeza de la familia y la comunidad, asentada en el pueblo rural, el barrio urbano o la vecindad.Tal vez la imagen era idílica. Lo importante es que era aceptada por la mayoría de la población. Se trataba de un cine de masas que no corría a contrapelo del sentido popular. Los que veían la película no se rebelaban ante el mensaje del héroe; parecía aceptable ser pobre, honrado, trabajador, vivir modestamente y ser feliz.
Era aceptable, sobre todo, por que era la situación de casi todos.La misma película se encargaba de explicar las excepciones: los ricos eran los puntos negros del arroz; su riqueza era de origen dudoso; su trato hipócrita e interesado, su comportamiento guiado por las apariencias, su vida familiar sin valores; sus esfuerzos por conseguir lo superfluo y vivir interesados en las apariencias desembocaban en la infelicidad.El ideal de pobre, era un pobre trabajador y honrado; la vida todavía ofrecía recompensas, modestas desde la perspectiva actual, a la constancia en el trabajo. Ofrecía, por lo menos, trabajo. Pero el pobre ideal seguía siendo pobre y la película no nos imponía un final feliz en el que el pobre dejara de serlo; al final era simplemente un pobre que, a pesar de contratiempos y vicisitudes, podía sentirse satisfecho de si mismo.La propuesta no era absurda ni novedosa; recogía una herencia de siglos durante los cuales el cristianismo había pregonado la pobreza como ideal. Recordemos aquello de que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un rico entrara al reino de los cielos.
El reino de Dios era para los pobres.
Los pobres/ trabajadores de antes eran necesarios; los nuevos pobres/ inactivos/ dependientes tienen crecientemente como la única carta restante su capacidad de estorbar. Dentro de su indefinición la pobreza varía en connotaciones; sus significados implícitos y emocionales son también variados y de la mayor importancia. En los últimos años se ha dado un intenso combate ideológico que, una vez más, los pobres parecen haber perdido. Los pobres han perdido su derecho y su posibilidad de ser pobres y lo que antes podía ser una pobreza digna ha sido confundida con la miseria.Se trata de una pérdida ideológica, pretendo decir aquí, de la mayor importancia, pues le cierra a la humanidad entera la única salida posible, la de la dignificación de la pobreza y nos arroja en un camino sin salida; la aspiración fantasiosa a la universalización de niveles de vida basados en el derroche energético y la destrucción del medio. El cambio de significado de la pobreza es evidente. En los años cuarenta era posible que los actores populares españoles presumieran, en sus películas, de pobres. Eran pobres "pero honrados"; eran pobres trabajadores, autosuficientes, dignos.
Las películas podían pregonar que el dinero no daba la felicidad y que se podía ser feliz y pobre al mismo tiempo.Era, evidentemente, un cine orientado a las masas. Amplios grupos de población disfrutaban del amplio reparto de tierras y de los avances de la organización sindical e institucional de los años treinta. Con empleo y un ingreso modesto; con agua entubada y electricidad; con salud y acceso de los hijos al sistema escolar, todo parecía haberse conseguido.Tratar de obtener más, mucho más, implicaba, en la moral popular, la pérdida de los valores, de la honestidad, en aras de conseguir lo superfluo, lo que no garantizaba la felicidad; esta última necesariamente más vinculada a la firmeza de la familia y la comunidad, asentada en el pueblo rural, el barrio urbano o la vecindad.Tal vez la imagen era idílica. Lo importante es que era aceptada por la mayoría de la población. Se trataba de un cine de masas que no corría a contrapelo del sentido popular. Los que veían la película no se rebelaban ante el mensaje del héroe; parecía aceptable ser pobre, honrado, trabajador, vivir modestamente y ser feliz.
Era aceptable, sobre todo, por que era la situación de casi todos.La misma película se encargaba de explicar las excepciones: los ricos eran los puntos negros del arroz; su riqueza era de origen dudoso; su trato hipócrita e interesado, su comportamiento guiado por las apariencias, su vida familiar sin valores; sus esfuerzos por conseguir lo superfluo y vivir interesados en las apariencias desembocaban en la infelicidad.El ideal de pobre, era un pobre trabajador y honrado; la vida todavía ofrecía recompensas, modestas desde la perspectiva actual, a la constancia en el trabajo. Ofrecía, por lo menos, trabajo. Pero el pobre ideal seguía siendo pobre y la película no nos imponía un final feliz en el que el pobre dejara de serlo; al final era simplemente un pobre que, a pesar de contratiempos y vicisitudes, podía sentirse satisfecho de si mismo.La propuesta no era absurda ni novedosa; recogía una herencia de siglos durante los cuales el cristianismo había pregonado la pobreza como ideal. Recordemos aquello de que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un rico entrara al reino de los cielos.
El reino de Dios era para los pobres.
Tipos de Pobreza
La pobreza es una condición humillante para el ser humano. No obstante, cuando hablamos de pobreza debemos distinguir de qué clase de pobreza estamos hablando. Porque hay pobres en todo el mundo, pero no todos ellos son iguales y todos por más que estén en la misma categoría de pobres tienen necesidades diferentes.
Está la Pobreza absoluta la pobreza relativa. La pobreza absoluta se refiere a una familia que o tiene las necesidades básicas cubiertas. El dinero que perciben, si es que perciben alguno, no les alcaza para la comida, la vestimenta, la educación. La pobreza relativa se refiere al hecho de que ada pobre es diferente dependiendo el lugar en el que se encuentre. No es lo mismo, un pobre de Suiza que uno de África, o uno de Latinoamérica que uno de NorteAmerica.
Luego encontramos la pobreza educativa. A esta se refiere la falta de oportunidades y de posibilidades que un individuo tiene para acceder a la educación básica y superior y a la imposibilidad por esto de acceder a una buena oferta laboral.
Hay otras categorías: Pobreza de servicios y pobreza de salud.
En el primer caso, nos referimos a aquellos personas que carecen de servicios básicos, ya sea por vivir en una zona periférica (donde se encuentran asentados la mayoría de los pobres en cualquier lugar del mundo) donde no lleguen los servicios como luz, agua potable, servicios de cloacas entre otros o por no contar con el dinero suficiente para pagar estos.
Pobres por salud son aquellos que no cuentan con recursos para pagar servicios de salud eficientes, por lo que siempre tienen que terminar en hospitales públicos o centros de salud barriales con una atención insuficiente. Aún si la atención fuera excelente, los pobres en salud no tienen dinero ni medios lícitos de conseguir los medicamentos prescriptos.
La pobreza, verdaderamente está haciendo estragos en la vida de muchos. La pregunta es ¿qué solución hay?
La pobreza como problema de una sociedad
Todos hemos sufrido escasez de dinero en algún momento. Es una experiencia individual. No es lo mismo que el problema social de la pobreza. Puesto que el dinero es la medida de la riqueza, su falta puede ser la medida de la falta de riqueza, pero no es un problema social. Ver «Principios». La pobreza, como problema social, es una herida profunda que contagia cada dimensión de la cultura y de la sociedad. Incluye un bajo nivel sostenido de los ingresos de los miembros de una comunidad. Incluye la privación de acceso a servicios como educación, mercados, sanidad o posibilidad de tomar decisiones, y también la falta de prestaciones comunitarias como agua, alcantarillado, carreteras, transporte y comunicaciones.
Además, es la «pobreza de espíritu» lo que induce a los miembros de esa comunidad a compartir y creer en su propia impotencia, desesperanza, apatía y timidez. La pobreza, y especialmente los factores que contribuyen a su existencia, es un problema social, y su solución también es social. En estas páginas web de adiestramiento, aprendemos que no podemos luchar contra la pobreza aliviando sus síntomas, sino únicamente atacando los factores que la producen. Este folleto describe los «cinco grandes» factores que contribuyen al problema social de la pobreza.
Una simple transferencia de fondos, incluso si es para las víctimas de la pobreza, ni la erradicará ni la reducirá. Solamente aliviará los síntomas de pobreza a corto plazo. No es una solución duradera. La pobreza, puesto que es un problema social, pide una solución social. Esta solución es la supresión clara, consciente y deliberada de los cinco factores más importantes de la pobreza.
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